El gigante y su hijo
Había una vez un gigante que vivía solo con su hijo Lucas; ellos no tenían amigos, tampoco hablaban con otras personas, solamente estaban el uno para el otro.
Un día, salieron a jugar al jardín como era su costumbre, y vieron un pie saliendo de un árbol.
—¿Quien está en mi casa?—dijo el Gigante.
Los niños traviesos del vecindario, salieron de su escondite para explicar que solamente iban allí para jugar porque les gustaba mucho su patio, pidieron disculpas esperando que no se molestasen. En un principio, el Gigante se sentía molesto porque entraron ahí sin permiso, pero al paso de las horas fue olvidando su enojo, sobre todo al ver a los niños jugando con su hijo.
Después de ese día, los niños venían a diario para jugar con el Gigante y su hijo, pero esta vez, lo hacían con su permiso. Así que nunca más estuvieron solos, tenían unos grandes amigos con los que reír, jugar y compartir sus vivencias.
Vivieron felices por siempre.
Fin
Oscar Wilde
Me gusto
hermosa obra
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estuvo muy bonita y triste pero igual me encanto