Título:
La Manta
Autor: Inspirado en un cuento del mismo nombre de Víctor Balaguer. Adaptado por: José Luis García.
Personajes: Marido, Esposa, Abuelo e Hijo.
(Comienza la escena con una casa en un extremo y en el otro una farola. Se trata de una calle cualquiera, de un pueblo cualquiera). (Entran el Marido y la Esposa).
Marido: Mi padre lleva viviendo con nosotros 14 años. Ya no lo soporto más.
Esposa: Pero es tu padre…
Marido: Él eligió ser padre y cuidó de mí 25 años. Yo no elegí ser hijo y ya llevo 14 cuidando de él. Es insoportable.
Esposa: No debes olvidar que es tu padre. No puedes echarlo a la calle…
Marido: Pues lo tengo decidido. O él o yo.
(Entran ambos en la casa). (El Abuelo y el Marido salen de la casa. Primero el Abuelo, que camina renqueante y luego el otro).
Marido: Padre, sal ya de mi casa. Te he mantenido por más de 12 años. Vete a donde quieras.
Abuelo: Hijo, no me eches. Soy viejo y estoy enfermo.
Marido: El tiempo ya pasó, padre. Vete y no vuelvas.
Abuelo: Dame al menos una manta para abrigarme. Si no, moriré de frío.
Marido: Accedo a eso, para que veas que buen corazón tengo. ¡Hijo, ven aquí!
Hijo: (Solo su voz a lo lejos sin aparecer en escena). ¡Espera que estoy ocupado!
Marido: ¡Qué salgas de una vez te digo!
(Sale el Hijo).
Hijo: Tranquilo. Haberme dicho antes que estabas enfadado…
Marido: Ve al armario y coge una manta y se la das al abuelo.
Hijo: ¿Y para qué?
Abuelo: Tu padre me echa de casa.
Hijo: Espera, abuelo; voy a por la media manta.
(Entra el Hijo en la casa).
(Sale el Hijo de la casa).
Hijo: Aquí tienes la media manta. Ve y aléjate por lo menos, hasta donde la farola.
Abuelo: No te entiendo.
Hijo: Confía en mi abuelo, ve…
(El Abuelo, sin entender nada, se aleja del muchacho en dirección a la farola).
Hijo: ¡Papá, ven, para que veas que buen hijo soy!
(El Marido sale de la casa).
Marido: ¿Qué quieres?
Hijo: Que ya le he dado al abuelo la media manta.
Marido: ¿Qué has hecho?, ve a dónde está y dale también la otra mitad.
Hijo: La otra mitad la guardo para cuando tú seas tan viejo como el abuelo y te eche también de mi casa.
Marido: ¿Qué dices?
Hijo: Que me has enseñado la lección. Cuando seas viejo, te marcharás de mi casa para que no me molestes.
(Y sin decir nada más, el Hijo entra en la casa).
(El Abuelo al ver que su nieto entra en la casa, se separa de la farola y comienza a alejarse aún más de la casa).
Marido: (Para si mismo).
¿Qué he hecho?
(El Abuelo está a punto de salir de la escena).
Marido: Padre, espere, no se vaya.
(Se acerca al trote hasta el Abuelo).
Marido: Tiene que perdonarme, padre; no sé qué es lo que me ha pasado. Por favor, vuelva usted a casa.
Abuelo: ¿Estás seguro?
Marido: No he estado tan seguro de algo en toda mi vida. Vamos a casa, que le prepararé una buena sopa para cenar.
(Los dos se acercan hasta la casa y al llegar el Marido entra en la casa).
Marido: Voy a hacerle una sopa estupenda.
(Y entran ambos en la casa).