Un futuro músico – Obra de teatro
Título: Un futuro músico.
Autor: Fabián Sevilla.
Personajes: Dos; Vendedor, Lucas.
(La escena transcurre en una tienda de música: hay instrumentos expuestos y afiches de músicos famosos.)
Vendedor: (Al ver que Lucas mira los instrumentos.) Buenas tardes, nene, ¿qué buscas?
Lucas: Quiero dedicarme a la música. Y mi papá me dio dinero para comprarme un instrumento, pero no sé cuál elegir.
Vendedor: (Enérgico.) Viniste al sitio indicado: "¡SONAMOS!" es la mejor tienda de instrumentos musicales de la ciudad. ¿Qué te parece este piano?
Lucas: Lindo, pero quisiera uno que en vez de teclas blancas, las tenga azules, y que las negritas, fueran rojas.
Vendedor: Pero todos los pianos tienen teclas blancas y negras.
Lucas: Eso porque nadie les ha enseñado a maquillarse aún.
Vendedor: Ese modelo de ahí tiene los pedales…
Lucas: ¿Aquí vende instrumentos o triciclos?
Vendedor: Los pianistas pisan los pedales para…
Lucas: Entonces es ideal para un corredor de Fórmula 1. No me convence.
Vendedor: ¿Y el órgano? Tengo todo tipo de órganos…
Lucas: Si no los tuviera estaría muerto.
Vendedor: Órganos eléctricos.
Lucas: No sabía que había corazones o pulmones que se enchufaran.
Vendedor: (Trata mantener la paciencia.)
Mejor pasemos a otra cosa. Alguno de viento…
Lucas: Ventilador ya tengo.
Vendedor: Yo me refería a los que se deben soplar.
Lucas: ¿Una torta de cumpleaños?
Vendedor: No, algo como… como… como esa flauta.
Lucas: (Mira el instrumento.)
¡Esta fallada! No voy a comprar algo que tiene cualquier cantidad de agujeritos. ¡Parecen los soquetes de mi abuelito!
Vendedor: Sirven para tocar la flauta dulce.
Lucas: Si es dulce, entonces no. A mí me encantan las comidas saladas. Además, imagínese si olvido guardarla y se la comen las hormigas que son dulceras a rabiar.
Vendedor: ¿No te gustaría tocar la armónica?
Lucas: ¡Ni loco! Si llego a tocar a Mónica, mi compañera de banco, me muele a patadas.
Vendedor: Podría ser alguno de cuerda.
Lucas: Si quisiera algo a lo que hay que darle cuerda, me compraría un reloj despertador.
Vendedor: Me refiero a instrumentos que tienen las cuerdas tensadas y…
Lucas: ¡Menos! Lo único que me falta: terminar tendiendo la ropa al sol en esas cuerdas.
Vendedor: Por ejemplo el violín, la viola o el violonchelo.
Lucas: No quiero saber nada con el Chelo: en el último partido me metió un patadón que terminó haciendo un gol con mi cabeza.
Vendedor: Tal vez una guitarra criolla.
Lucas: Las únicas criollas que me gustan son las empanadas que cocina mi abuela.
Vendedor: Un bajo o un contrabajo.
Lucas: ¿Insinúa que soy enano?
Vendedor: ¿Y la batería?
Lucas: ¡Eso! Una con platillos que suenen como fuentes, tambores que se oigan como cacerolas y un bombo que retumbe como cuando se golpea una olla.
Vendedor: Entonces te conviene comprar una batería de cocina.
Lucas: Y que pueda golpear durante horas.
Vendedor: Deberá ser una batería larga duración y recargable. Serías un gran batero…
Lucas: ¿A dónde va el tero?
Vendedor: Batero es un modo de decir baterista.
Lucas: No, yo no quiero ser carterista.
Vendedor: Es el que interpreta la batería. Te puedo ofrecer una que tiene unas hermosas baquetas…
Lucas: ¡Otra que se va! ¿A dónde va Queta?
Vendedor: Las baquetas se usan para golpear la batería.
Lucas: Yo no quiero golpearla. A ver si la rompo, con lo cara que debe salir.
Vendedor: También se le dicen escobillas.
Lucas: Pero deseo ser músico, no barrendero.
Vendedor: Aunque no tenés la menor idea, creo que con práctica y estudio, podrás tocar jazz.
Lucas: ¿Yas mismo?
Vendedor: Hacer pop.
Lucas: ¿Como una burbuja que explota?
Vendedor: Y rockear.
Lucas: Yo no soy de roncar.
Vendedor: (Al público.)
Este cree que para tocar en clave de Sol hay que usar anteojos oscuros.
Lucas: Si lo pienso, me gustaría comenzar tocando una bocina de bicicleta o de un camión.
Vendedor: (Al público.)
Con lo poco que sabe de música, le convendría una bocina de avión
Lucas: ¿Qué dijo?
Vendedor: Creo que estás demasiado crudito. Por ahora te recomiendo que comencés practicando con esto (Le pasa un timbre de puerta.)
Lucas: ¡Buenísimo! Con esto, si me aburro de practicar puedo dedicarme a otra cosa.
Vendedor: ¿A qué?
Lucas: ¡Al ring raje! (Presiona el timbre y corre mientras se produce el TELÓN O APAGÓN.)
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